Rinitis alérgica

Es una inflamación crónica de la mucosa nasal como consecuencia de una alergia al polen (de plantas, árboles y arbustos), ácaros (polvo doméstico) u otras partículas que se encuentran en el ambiente (por ejemplo, piel o pelo de animales).

  • Puede aparecer en cualquier momento de la vida, aunque suele comenzar a partir de los 5-6 años y sus síntomas tienden a disminuir a partir de los 40 años.
  • Puede aparecer solo en primavera o durante todo el año. De forma frecuente la rinitis alérgica se asocia a la conjuntivitis.
  • Pueden afectarse los bronquios y ser causa de asma alérgica. También se puede asociar a dermatitis atópica y alergia a alimentos.

Los síntomas de la rinitis alérgica son similares a los de un resfriado común (estornudos, mucosidad abundante y obstrucción nasal, principalmente), pero tienen algunas particularidades:

  • Suelen durar más de 8-10 días.
  • El moqueo nasal es siempre líquido y transparente.
  • Son frecuentes los estornudos seguidos.
  • Existe picor en la nariz o el paladar.
  • En ocasiones puede aparecer tos, causada por las mucosidades que bajan por la garganta.

Cómo evitar la rinitis alérgica

La mejor manera de prevenir la rinitis alérgica es evitar cualquier contacto con los alérgenos causantes de los síntomas.

Si tienes alergia a los ácaros:

Procura hacer una adecuada limpieza de tu habitación y zonas comunes. Usa el aspirador y retira, si es preciso, moquetas, alfombras y cortinas, especialmente de la habitación, o los peluches, si la alergia la tiene un niño.

Si tienes alergia al polen:

  • Ventila bien la habitación unos minutos por la mañana a primera hora y mantén las ventanas cerradas el resto del día.
  • Evita las salidas al campo, principalmente los días ventosos y soleados.
  • Usa gafas de sol si tienes conjuntivitis.
  • En el coche, usa filtros de polen y cierra las ventanillas.

Si eres alérgico a epitelios de animales:

  • Evita la presencia de mascotas en el domicilio.

¿Se puede tratar?

La rinitis alérgica hoy por hoy no tiene cura y, por tanto, quienes la padecen tienen que aprender a convivir con ella.

Además de las medidas para evitar los alérgenos, existen algunos medicamentos que permiten aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Los más habituales son los antihistamínicos y los corticoides nasales. También puedes probar los lavados nasales con agua con sal o suero fisiológico para destapar la nariz.

Consulta a tu farmacéutico.

 

Fuente: Guía práctica de salud SemFyC; Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica.